Su estiramiento consiste en “descolgar” el cuerpo hacia delante, cuando hayamos hecho fuerte presa desde la nuca, con nuestras manos.
Es conveniente flexionar ligeramente las rodillas. También puede apoyarse levemente en un punto sacro (al final de la espalde) sobre alguna pared.
Al sentir tensión fuerte, pero agradable, de toda la columna central, permanecemos así diez o quince segundos quietos, manteniendo dicha tensión, se relaja posteriormente y poco a poco.
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